El Diseño de Envase es una actividad que se dedica a desarrollar embalajes, contenedores y etiquetados para los productos que lo requieran, también es conocida como Packaging. Esta especialidad tiene una doble función: la gráfica y la estructural, ya que es importante desde el punto de vista estético y desde el funcional. Esta última se consigue mediante el estudio ergonómico del envase, eligiendo los materiales adecuados y el sistema de envasado idóneo para cada producto, además de cumplir la normativa vigente que regule su venta y distribución en el mercado.

La función estética es la parte más importante de la venta del producto, ya que debe presentarlo de forma única y atractiva para el consumidor. Aquí entra en juego el factor emocional, que debe comunicar los valores y beneficios asociados al producto de manera eficaz valiéndose de todos los elementos evocadores a su disposición: formas, colores, materiales y texturas. Al ser un diseño tridimensional la materialidad y el tacto adquieren una especial importancia en el resultado final del proyecto.

El Concepto de Envase recoge todas las características y atributos tangibles e intangibles de las que parte la idea principal del producto, siendo el encargado de darle una apariencia física y reconocible entre los demás por medio de cualidades como la forma, el tamaño y el color entre muchas otras variantes. La Estrategia de Producto engloba todas las actuaciones llevadas a cabo para la creación, distribución y promoción de un producto, con el fin de facilitar su llegada al público en los puntos de venta seleccionados, y que además debe responder a una necesidad o deseo por parte del consumidor al que va dirigido.

Entendemos por Normativa para el envasado, embalado y etiquetado a todos los requerimientos legales que regulan a los diferentes productos. El etiquetado de productos debe aportar un mínimo de información sobre él mismo, como el valor nutricional, el numero de lote, fecha de caducidad y país de origen. Desde la alimentación a la cosmética, pasando por cualquier otro bien de consumo que lo necesite, el envase o embalaje debe garantizar unos niveles de seguridad acordes a cada tipología de producto, y que además están marcados por España y la Unión Europea en su marco legislativo.